Recientemente se ha sabido que la deuda pública de España
supera por tercer trimestre consecutivo el umbral del 100% del PIB. Esto
significa que, si juntáramos de alguna manera toda la riqueza producida por
España y consiguiéramos venderla a precios de mercado, no nos bastaría para dar
por zanjada nuestra deuda con las entidades financieras pertinentes. Además,
estamos hablando de la deuda pública, que es la que contrae el Estado por
nosotros para financiar sus gastos, que son nuestros a su vez. Si habláramos de
deuda privada, esta alcanza en 2015 la cifra equivalente al 179% del PIB,
aunque de esta magnitud hay que decir que se está reduciendo desde hace unos
años de manera notable. Hablo acerca de este tema debido a que hay mucha gente
que no tiene muy en cuenta esta cifra y erróneamente tiende a no hacerla
excesivo caso frente a otras, restándole la importancia que se merece. Hoy daré
los últimos datos referentes a ella y hablaré acerca de su comportamiento y qué
consecuencias tiene el exceso de la misma.
Si observan el gráfico que he dejado arriba podemos ver que,
según datos de Eurostat, España es actualmente el sexto país de la Unión
Europea más endeudado en términos de PIB. Concretamente, esta cifra alcanza el
100,5%. Si bien el endeudamiento de los estados en épocas de crisis es un
comportamiento más que razonable por las obvias razones que lo causan, lo
inusual y perjudicial para la sociedad es el ritmo con el que ha ido
aumentando. España es el segundo país, por debajo de Grecia, que más se ha
endeudado desde hace 8 años con un crecimiento de su deuda pública equivalente
al 65,2% de su PIB actual.
Esto no es sino un síntoma de la estructura sobre la que
sustenta todo nuestro sistema, y es que esta estructura parece sacada del
cuento de los tres cerditos, siendo la nuestra la primera de las casas que
derrumba el lobo al suspirar. Este es nuestro máximo problema, y mientras
muchas personas no prestan atención a este dato, a parte de su interpretación
meramente visual y lógica, hay una palabra que describe el comportamiento de
nuestra deuda pública: INCAPACIDAD. Y es tan general esta incapacidad que sólo
pondré un ejemplo de la misma. Si un país se endeuda, eso significa como todo
el mundo comprenderá, que no puede hacer frente a todos sus gastos y recurre a
la financiación externa para solventar ese problema. Eso quiere decir que el
Estado tiene un problema de déficit. Ingresamos menos que gastamos, por lo que
habrá que averiguar de dónde viene ese problema de déficit, por lo que echamos
un vistazo a gran escala.
Ahora aquí vemos con más claridad el problema. Resulta que
nuestro gasto público se disparó debido a que la ciudadanía envuelta en una
situación de crisis con destrucción de empleo, exigió que ese maravilloso
Estado de Bienestar funcionara, que es para lo que se promueve. Aumentaron los
subsidios de desempleo, las pensiones, etc… Es decir, que aumentó lo que tenía
que aumentar dadas las condiciones. Ahora bien, dentro de un periodo de crisis
hay una subida de los gastos y un descenso de los ingresos, el cual en España
también fue bastante considerable y del cual nos cuesta recuperarnos. Hasta
aquí no ha sucedido nada que no fuera de esperar, el déficit crece y en el caso
de España, muy rápido. Ese déficit malvado de España llego a alcanzar los dos
dígitos al medirlo en términos de PIB. Actualmente, España no ha se ha
recuperado de ese golpe y vistos están los datos para confirmarlo. España es el
segundo país que más déficit tiene en toda la UE, y es que España sigue con
unos gastos por encima de los de pre-crisis, a la vez que los ingresos son
menores que los de esa misma época. ¿La razón? En cuanto a los gastos, no ha
sido por un acto keynesiano del gobierno, sino más bien inducido por el aumento
de la demanda de ese Estado de Bienestar en favor de pensionistas, como por
otras características. En cambio, los ingresos públicos no siguen creciendo,
sino que bajaron en 2015 ya que el modelo productivo español presenta graves
deficiencias como las siguientes:
-
Salarios bajos: En España se ha producido una
bajada masiva de salarios debido a la necesidad de ajuste de algunas empresas
con su plantilla y producción. Estos salarios bajos provocan a su vez que
muchos trabajadores no coticen como antes, lo que reduce los ingresos del
Estado.
-
Trabajos no especializados: España es un país
que crea más mano de obra sin cualificar, lo que no nos permite ser
competitivos en calidad, sino en precios, característica de las economías en
desarrollo.
-
Reformas laborales: Si bien la última reforma no
lograba paliar las consecuencias de un modelo tan nefasto como el español,
imagínense las demás. Actualmente el mercado laboral está tan dualizado y es
tan precario que difícilmente una persona es capaz de encontrar una jornada
decente, con un salario decente y frente a condiciones laborales adversas.
Todos estos factores hacen una combinación explosiva que en
España se visualiza mediante una regla de la cadena: Unos salarios y empleos
precarios hacen que las cotizaciones y demás partidas impositivas sean muy
bajos. Este hecho hace que los ingresos públicos bajen cada vez más, y al final
eso se traduce en un mayor déficit y una mayor dificultad para reducirlo. En
esta tesitura, el gobierno sólo puede reducir el dichoso déficit mediante
reducción del gasto público, el cual por motivos de ciclo económico es
necesario en la economía española. En estos momentos esta es la situación en
Europa según los datos sacados del último ejercicio de 2015.
Somos el segundo país que más déficit en % de PIB acarrea,
sólo por detrás de Grecia. Además, esta situación no se va a arreglar en el
corto plazo y muy posiblemente en el medio tampoco. Las recetas de Bruselas
siguen sin hacer el efecto estimulante en la economía y dejaron de sanear desde
el momento en el que se recortaron partidas necesarias dentro de nuestro Estado
de Bienestar, por lo que a estas alturas cabe preguntarse si realmente la
austeridad es un estímulo para la recuperación o sólo es una mera herramienta
de ajuste. Por lo tanto, no hay que tener grandes conocimientos para saber que
el déficit se mantendrá y no va a desaparecer hasta dentro de unos años y por
lo pronto podemos decir que este país verá su deuda crecer debido a que ya hoy
tenemos que pagar deuda. Cuando pensábamos que vender crecimiento donde hay
endeudamiento lo habíamos superado, llegan de nuevo los maestros del gobierno y
nos vuelven a dejar a muchos con la boca abierta.
Saludos y muchas gracias. Daniel Díaz S.
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