sábado, 24 de diciembre de 2016

La Deuda Pública en España

Recientemente se ha sabido que la deuda pública de España supera por tercer trimestre consecutivo el umbral del 100% del PIB. Esto significa que, si juntáramos de alguna manera toda la riqueza producida por España y consiguiéramos venderla a precios de mercado, no nos bastaría para dar por zanjada nuestra deuda con las entidades financieras pertinentes. Además, estamos hablando de la deuda pública, que es la que contrae el Estado por nosotros para financiar sus gastos, que son nuestros a su vez. Si habláramos de deuda privada, esta alcanza en 2015 la cifra equivalente al 179% del PIB, aunque de esta magnitud hay que decir que se está reduciendo desde hace unos años de manera notable. Hablo acerca de este tema debido a que hay mucha gente que no tiene muy en cuenta esta cifra y erróneamente tiende a no hacerla excesivo caso frente a otras, restándole la importancia que se merece. Hoy daré los últimos datos referentes a ella y hablaré acerca de su comportamiento y qué consecuencias tiene el exceso de la misma.


Si observan el gráfico que he dejado arriba podemos ver que, según datos de Eurostat, España es actualmente el sexto país de la Unión Europea más endeudado en términos de PIB. Concretamente, esta cifra alcanza el 100,5%. Si bien el endeudamiento de los estados en épocas de crisis es un comportamiento más que razonable por las obvias razones que lo causan, lo inusual y perjudicial para la sociedad es el ritmo con el que ha ido aumentando. España es el segundo país, por debajo de Grecia, que más se ha endeudado desde hace 8 años con un crecimiento de su deuda pública equivalente al 65,2% de su PIB actual.


Esto no es sino un síntoma de la estructura sobre la que sustenta todo nuestro sistema, y es que esta estructura parece sacada del cuento de los tres cerditos, siendo la nuestra la primera de las casas que derrumba el lobo al suspirar. Este es nuestro máximo problema, y mientras muchas personas no prestan atención a este dato, a parte de su interpretación meramente visual y lógica, hay una palabra que describe el comportamiento de nuestra deuda pública: INCAPACIDAD. Y es tan general esta incapacidad que sólo pondré un ejemplo de la misma. Si un país se endeuda, eso significa como todo el mundo comprenderá, que no puede hacer frente a todos sus gastos y recurre a la financiación externa para solventar ese problema. Eso quiere decir que el Estado tiene un problema de déficit. Ingresamos menos que gastamos, por lo que habrá que averiguar de dónde viene ese problema de déficit, por lo que echamos un vistazo a gran escala.


Ahora aquí vemos con más claridad el problema. Resulta que nuestro gasto público se disparó debido a que la ciudadanía envuelta en una situación de crisis con destrucción de empleo, exigió que ese maravilloso Estado de Bienestar funcionara, que es para lo que se promueve. Aumentaron los subsidios de desempleo, las pensiones, etc… Es decir, que aumentó lo que tenía que aumentar dadas las condiciones. Ahora bien, dentro de un periodo de crisis hay una subida de los gastos y un descenso de los ingresos, el cual en España también fue bastante considerable y del cual nos cuesta recuperarnos. Hasta aquí no ha sucedido nada que no fuera de esperar, el déficit crece y en el caso de España, muy rápido. Ese déficit malvado de España llego a alcanzar los dos dígitos al medirlo en términos de PIB. Actualmente, España no ha se ha recuperado de ese golpe y vistos están los datos para confirmarlo. España es el segundo país que más déficit tiene en toda la UE, y es que España sigue con unos gastos por encima de los de pre-crisis, a la vez que los ingresos son menores que los de esa misma época. ¿La razón? En cuanto a los gastos, no ha sido por un acto keynesiano del gobierno, sino más bien inducido por el aumento de la demanda de ese Estado de Bienestar en favor de pensionistas, como por otras características. En cambio, los ingresos públicos no siguen creciendo, sino que bajaron en 2015 ya que el modelo productivo español presenta graves deficiencias como las siguientes:
-          Salarios bajos: En España se ha producido una bajada masiva de salarios debido a la necesidad de ajuste de algunas empresas con su plantilla y producción. Estos salarios bajos provocan a su vez que muchos trabajadores no coticen como antes, lo que reduce los ingresos del Estado.
-          Trabajos no especializados: España es un país que crea más mano de obra sin cualificar, lo que no nos permite ser competitivos en calidad, sino en precios, característica de las economías en desarrollo.
-          Reformas laborales: Si bien la última reforma no lograba paliar las consecuencias de un modelo tan nefasto como el español, imagínense las demás. Actualmente el mercado laboral está tan dualizado y es tan precario que difícilmente una persona es capaz de encontrar una jornada decente, con un salario decente y frente a condiciones laborales adversas.
Todos estos factores hacen una combinación explosiva que en España se visualiza mediante una regla de la cadena: Unos salarios y empleos precarios hacen que las cotizaciones y demás partidas impositivas sean muy bajos. Este hecho hace que los ingresos públicos bajen cada vez más, y al final eso se traduce en un mayor déficit y una mayor dificultad para reducirlo. En esta tesitura, el gobierno sólo puede reducir el dichoso déficit mediante reducción del gasto público, el cual por motivos de ciclo económico es necesario en la economía española. En estos momentos esta es la situación en Europa según los datos sacados del último ejercicio de 2015.


Somos el segundo país que más déficit en % de PIB acarrea, sólo por detrás de Grecia. Además, esta situación no se va a arreglar en el corto plazo y muy posiblemente en el medio tampoco. Las recetas de Bruselas siguen sin hacer el efecto estimulante en la economía y dejaron de sanear desde el momento en el que se recortaron partidas necesarias dentro de nuestro Estado de Bienestar, por lo que a estas alturas cabe preguntarse si realmente la austeridad es un estímulo para la recuperación o sólo es una mera herramienta de ajuste. Por lo tanto, no hay que tener grandes conocimientos para saber que el déficit se mantendrá y no va a desaparecer hasta dentro de unos años y por lo pronto podemos decir que este país verá su deuda crecer debido a que ya hoy tenemos que pagar deuda. Cuando pensábamos que vender crecimiento donde hay endeudamiento lo habíamos superado, llegan de nuevo los maestros del gobierno y nos vuelven a dejar a muchos con la boca abierta.

Saludos y muchas gracias. Daniel Díaz S.

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