lunes, 13 de febrero de 2017

Repaso al Sistema de Pensiones Español

Una de las aplicaciones de mi formación que más me gusta explotar es el área del análisis económico, como se puede comprobar viendo mis últimas entradas. Y el tema que voy a tocar hoy es el típico que no se puede pasar por alto si vives en España. Las pensiones es un problema desde hace ya varios años aunque se haya pasado por alto en numerosas ocasiones. Actualmente vuelve a estar de moda porque ese problema que se mantenía escondido los primeros años de crisis, allá por 2010, asoma la cabeza. Aunque no es un problema de importancia para la mayoría de españoles, según los últimos datos del CIS, cabe destacar que es una pieza clave del equilibrio de nuestra economía por varios motivos. Entre otros, es el gasto de mayor tamaño de los Presupuestos Generales del Estado (PGE); de él se benefician actualmente casi nueve millones y medio de personas (un 20.4% de la población total española) y por su naturaleza de reparto influye en la vida de prácticamente todo residente en España. Por estos motivos, si un sistema de tales características e importancia peligra en el medio y largo plazo, es razón suficiente para ponernos serios. Para ello, y como siempre hago, me apoyaré de datos oficiales y contrastables para transmitir la información de la mejor y más rigurosa de las maneras. Sin más dilación, comencemos.

Para empezar, vendría bien definir cómo funciona nuestro sistema de pensiones. Nuestro tipo de sistema es el conocido como "de Reparto", y parte de la premisa de que el trabajador no cotiza para pagar su propia pensión de vejez, sino que de manera "solidaria" es el pagador directo de las pensiones presentes. Además de esas aportaciones de los trabajadores, el Estado puede inyectar fondos para su pago en caso de que no basten con las propias cotizaciones. En el caso de las pensiones en España cabe añadir que existe el llamado "Fondo de Reserva" el cual se creó en el año 2000 para asegurar el funcionamiento de la Seguridad Social. Este fondo funciona a modo de hucha donde se mete dinero si hay superávit en el pago de las pensiones y se saca en caso de déficit. Precisamente su evolución es lo que podéis observar en el gráfico de abajo (G.1), que como veréis a partir de 2012 ha empezado a hacer falta sacar dinero para salvar ese déficit contributivo del que hacía mención anteriormente.


Ahí podemos ver la sangría que ha sufrido nuestra "Hucha de las pensiones". Aclaro que no veo nada de malo en que se saquen esos fondos, ya que son necesarios para que el gobierno cumpla con sus obligaciones. El problema es el de cualquier hucha, que no hay más dinero a menos que tu aportes de vez en cuando. Y quisiera que esto se quedara muy grabado, ya que me parece sumamente importante. Para ello, aquí tenéis otro gráfico (G.2) donde se ven las disposiciones (retiradas de fondos) del Estado anuales del Fondo de Reserva desde 2012, año de las primeras disposiciones.


Como pueden observar, desde el 2000 que se crea este Fondo de Reserva no se realizan disposiciones hasta que llega 2012, lo cual es razonable debido a la situación deficitaria que atravesamos actualmente. Lo más llamativo es que la disposición más grande que se ha realizado en este fondo corresponde al año 2016, con una disposición total de más de veinte mil millones. En estos momentos, el Fondo de Reserva cuenta con poco más de quince mil millones de euros en sus arcas, lo que quiere decir que por razones aritméticas no se podría volver a realizar una disposición del tamaño de la de 2016. Una cosa está clara, ese dinero se necesita, y deberá de aparecer de alguna manera, por lo que o nos endeudamos más o le metemos un tijeretazo al gasto público. El problema del endeudamiento es el mismo que ha habido en estos años, el cual es endeudarse para poder realizar sus obligaciones de pago, y no para estimular la economía o contribuir al crecimiento, con lo que la deuda pública española está en máximos europeos y los contribuyentes no son capaces de mantener este país a flote. Además, esta visión negativa no sólo existe desde esta perspectiva, miremos al futuro. Actualmente no somos capaces de mantener nuestro gasto público, por lo que o lo recortamos o tratamos de estimular la economía. Algo hay que hacer si nuestro objetivo es salvar los muebles (al menos los que se puedan salvar). Vamos a echar un vistazo a dos gráficos (G.3 y G.4) que revelan el gasto en pensiones y el número de las mismas.


En estos dos gráficos vemos una tendencia clara al alza, tanto en gasto como en número de pensiones. La diferencia entre ambos aumentos es la fuerza de cada uno de ellos. Si nos fijamos, el gasto aumenta a mayor velocidad que el número de pensiones. Concretamente, las pensiones totales costaron un 74% más que en 2005, y las de jubilación llegaron hasta el 85,2% de aumento. En cuanto analizamos este aumento en el número de pensiones, vemos la diferencia. Las pensiones totales han aumentado un 17% desde 2005, mientras que las de jubilación aumentaron un 21,3%. Esto revela que el problema no está en que las pensiones hayan aumentado en gran número, ni que tengamos muchos jubilados. El problema fundamental es que venimos de una etapa donde el aumento de salarios debido a la "etapa de crecimiento" fue desproporcionado y así se está traduciendo en las pensiones. Desproporcionado por la sencilla razón de que los aumentos de salarios no estaban acordes a aumentos de productividad ni al crecimiento económico, por lo que presionó más si cabe la tendencia inflacionista en la que nos encontrábamos. Estos aumentos de salarios y sus consecuencias se ven en este gráfico (G.5), que muestra el crecimiento relativo de las pensiones según la cuantía de las mismas.

(Amarillo: 2000€ o Más) (Gris: Entre 1500 y 2000€) 
Ahora podemos ver a que se debe ese aumento de las pensiones medias, lo que ha contribuido con un aumento mucho mayor en términos relativos que el del número de pensiones, que el gasto público en las mismas se haya disparado. Todo ello también lo podemos ver en el gráfico G.6 más abajo, que muestra la variación porcentual de las tres magnitudes desde 2005 hasta 2016. Aquí se ve de nuevo ese cambio al que contribuyó la etapa de expansión que atravesaba nuestro país en plena burbuja inmobiliaria y de crédito. Los aumentos desde 2005 de la pensión media han sido del 48,8% en las totales, mientras que ha sido de un 52,7% en las de jubilación. Aumentos que explican en mayor medida el gran aumento del gasto en pensiones que tenemos actualmente. Dados los datos, y sabiendo lo que tenemos es sencillo el diagnóstico, tenemos una parte de nuestro Estado de Bienestar que supone una gran parte del gasto y para ello necesitamos una gran cantidad de ingresos. Sin esos ingresos, lo que queda es pedir dinero prestado y/o agotar el Fondo de Reserva. Dicho fondo tiene límite, al igual que los préstamos si queremos mantener a raya al déficit, por lo que nos queda es buscar maneras de aumentar los ingresos públicos. Esto sólo tiene dos formas de alcanzarse: puedes aumentar los impuestos, lo cual no es muy aconsejable dada la tendencia del poder adquisitivo de los ciudadanos; o puedes impulsar el crecimiento hacia la sociedad (la demanda) para hacer crecer esa parte de la ecuación que tras contundentes reformas y políticas económicas no ha terminado de salir a la superficie ni parece que lo vaya a hacer. Otra cosa muy distinta son los métodos para estimularla, puede ser por vía de la demanda o por la vía de la oferta, que son dos posturas a las que no quiero entrar ya que los juicios de valor predominan en ese campo.


Hay que resaltar que de no acometer estas acciones con rapidez y firmeza, nuestro sistema de pensiones tal y como lo conocemos está llegando a su fin ante la incapacidad de nuestro Estado de Bienestar de mantenerlo, por lo que la última opción que nos queda sería reemplazarlo por otros modelos como el de capitalización (privado) o uno mixto que integre a ambos. Son las opciones que le queda al gobierno que decida abordar este problema. Porque una cosa está clara, los números no mienten y en este momento no están de nuestra parte. Por lo que desde mi perspectiva, se debería de realizar alguna acción al respecto de inmediato si no queremos que un par de generaciones sufran mayores consecuencias de las que van a sufrir por todo el tiempo perdido en no buscar una alternativa menos rápida. 

Muchas gracias y un saludo. Daniel Díaz S.

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