martes, 6 de diciembre de 2016

El Modelo "Mercadona"

La pasada semana tuvo mucha repercusión el reportaje emitido en LaSexta en el programa “Salvados” dirigido por Jordi Évole, que trataba de adentrarse dentro de uno de los mayores conglomerados empresariales que hay en nuestro país. Hablaba acerca de la cadena de supermercados Mercadona. Muchas han sido las críticas positivas y negativas hacia este reportaje, ya que mientras unos tachan a su modelo como un ejemplo cursado en universidades de muchas partes del mundo, otros lo hacen como un ejemplo más de cómo ser una gran empresa y aumentar esos suculentos beneficios ocultando explotación a trabajadores y ahogando a proveedores que dependen únicamente de tus necesidades. Entrar de lleno en este debate sería lo más lógico y pretendo hacerlo, pero no será antes de contarte una breve historia de ciencia ficción antes de valorar el reportaje emitido este domingo. Por lo tanto, pido que abras tu mente y te evadas de lo que sabes y conoces, y enfoques con objetividad el siguiente relato. Sin más dilación, comencemos:

Érase una vez un niño estadounidense llamado, por ejemplo, Samuel, cuya infancia transcurre entre los felices años 20 y la Gran Depresión. Samuel vivía con sus padres en una granja típica del centro-sur de Estados Unidos en, por ejemplo, Oklahoma. Era una familia humilde que debido a los bajos ingresos que generaba su granja, tuvieron que mudarse al medio oeste, por ejemplo, a Missouri, para que su padre pudiera trabajar de su antigua profesión, por ejemplo, agente hipotecario. Samuel era un niño que destacaba entre los demás por sus calificaciones y su gran habilidad como deportista en varias disciplinas (Baloncesto, fútbol, …). Cuando llegó el momento, entró en la universidad de esa misma ciudad y se especializó en economía. Para poder ayudar a su familia, Samuel tuvo que trabajar, mientras estudiaba, en varios empleos. Terminó sus estudios, realizó prácticas y las abandonó debido a su alistamiento para combatir en la Segunda Guerra Mundial, donde llegó a ser capitán. Una vez finalizada la guerra, Samuel quiso dedicarse a la venta al por menor creando un negocio con los ahorros de su suegro y los suyos propios que consiguió cuando era soldado. 

Era un chico muy observador y creía que tenía la clave para poder alcanzar el éxito con su negocio: “Comprar barato para apilarlo y venderlo también barato”. Su tienda comenzó a crecer basada en principios como el descuento, precios bajos y el autoservicio. Su máxima de reducir costes se hacía posible gracias a que revolucionó el concepto del proveedor creando una sociedad con su proveedor más grande, para así poder alinear objetivos y compartir información, ya que producían en exclusiva. 
Todos aquellos proveedores que quisieran vender en la empresa de Samuel tenían que adaptarse a su modelo de negocio e incorporar los sistemas de su empresa produciendo en exclusiva para ella. Su modelo de negocio era conocido por todos sus empleados porque él mismo se dedicaba a explicárselo cada vez que contrataban a alguien. A Samuel le gustaba llamarles “Socios” debido a que debían de sentirse inmersos en su modelo y considerarse parte de él. La empresa de Samuel tuvo tanto éxito que 30 años después de su creación, contaba con cerca de 2000 tiendas y más de 400000 empleados, las cuales proporcionaban unas ventas de más de 50 mil millones de $, aunque debido a sus bajos márgenes por bajos precios, sus ganancias eran de 2 mil millones de $; y su crecimiento no ha parado. Samuel puede estar orgulloso ya que 50 años después de montar la primera tienda, su empresa cuenta con más de 2 millones de trabajadores y más de 10000 tiendas en casi 30 países. 

A pesar de todo ello, actualmente la imagen de la empresa de Samuel, que ya ha fallecido, está continuamente manchada por las noticias de malas prácticas hacia sus trabajadores, como pagar salarios muy bajos o hacerlo en vales de compra, discriminación de género y otras varias. El problema es que ha habido muchos juicios y condenas por parte de tribunales a favor de los trabajadores debido a que estas prácticas han sido probadas ante la justicia. Además, algunos proveedores en algunas partes del mundo, con reducidos derechos laborales se quejaron de que debían cometer excesos con su personal debido a las exigencias en los pedidos de la empresa de Samuel. La empresa y muchos colectivos afirman que unas demandas comparado con la cantidad de trabajadores y volumen de negocio que tienen no son extrapolables a la práctica general de la compañía. Aun así, Samuel probablemente no esté excesivamente de acuerdo con lo que sus dueños, desde su fallecimiento, han hecho para conseguir aumentar sus beneficios, ya que por muchos casos aislados que pueda haber, de ser aislados, no tienen motivaciones para ello debido a que sus remuneraciones no se ven alteradas por realizar estas malas prácticas. Esto hace que la mayoría de los que conocen su situación, no estén tan convencidos de que sean excepciones. FIN.


Espero que le haya gustado esta historia, aunque debo ser sincero con usted querido lector. La historia que acabo de contar no es ciencia ficción sino real, y a pesar del título del artículo y lo que acaba de leer, no estoy contando la historia de Mercadona. Esta historia habla de Wal-Mart, una multinacional estadounidense situada alrededor del continente americano cuyos pilares éticos y empresariales recuerdan a la empresa española. Les insto a buscar información acerca de ella y comprobar todo lo que les he contado ya que, salvo algún nombre propio, la veracidad de esta historia es más que comprobable. Por lo tanto, esta podría ser mi valoración de Mercadona, el fin no justifica los medios. Es cierto el éxito que la empresa ha tenido, la riqueza y el empleo que generan cada año, y que la satisfacción de los clientes a la hora de comprar sea abrumadora. El problema es que excesivo poder puede corromper hasta a los niveles de esta multinacional, y aunque Mercadona no es nada comparable con Wal-Mart, su facilidad para encontrar artimañas que aumenten sus beneficios respecto a sus costes es más que comprobable también por las demandas y juicios celebrados en relación a este hecho. Hay algo que quizá es diferente, y es el salario, ya que en la empresa española sí que es un salario decente en comparación al del resto del sector. Quizá por ello el número de demandas en relación a trabajadores sea menor y su impacto mediático no sea el mismo. 

Para acabar, sólo quiero recordar que Wal-Mart y Mercadona son empresas diferentes pero mismo modelo (en un 90%). Aun así, la explotación laboral y abuso de poder de las multinacionales en muchas partes del mundo son prácticas realizadas a diario por muchísimas empresas y que se denuncien sólo son la prueba de su existencia. No por no denunciar, desaparecen los niños que cosen camisetas en Bangladesh.


Saludos y gracias. Daniel Díaz S.

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