La pasada semana tuvo mucha repercusión el reportaje emitido
en LaSexta en el programa “Salvados” dirigido por Jordi Évole, que trataba de
adentrarse dentro de uno de los mayores conglomerados empresariales que hay en
nuestro país. Hablaba acerca de la cadena de supermercados Mercadona. Muchas
han sido las críticas positivas y negativas hacia este reportaje, ya que
mientras unos tachan a su modelo como un ejemplo cursado en universidades de
muchas partes del mundo, otros lo hacen como un ejemplo más de cómo ser una
gran empresa y aumentar esos suculentos beneficios ocultando explotación a
trabajadores y ahogando a proveedores que dependen únicamente de tus
necesidades. Entrar de lleno en este debate sería lo más lógico y pretendo
hacerlo, pero no será antes de contarte una breve historia de ciencia ficción
antes de valorar el reportaje emitido este domingo. Por lo tanto, pido que
abras tu mente y te evadas de lo que sabes y conoces, y enfoques con
objetividad el siguiente relato. Sin más dilación, comencemos:
Érase una vez un niño estadounidense llamado, por ejemplo,
Samuel, cuya infancia transcurre entre los felices años 20 y la Gran Depresión.
Samuel vivía con sus padres en una granja típica del centro-sur de Estados
Unidos en, por ejemplo, Oklahoma. Era una familia humilde que debido a los
bajos ingresos que generaba su granja, tuvieron que mudarse al medio oeste, por
ejemplo, a Missouri, para que su padre pudiera trabajar de su antigua
profesión, por ejemplo, agente hipotecario. Samuel era un niño que destacaba
entre los demás por sus calificaciones y su gran habilidad como deportista en
varias disciplinas (Baloncesto, fútbol, …). Cuando llegó el momento, entró en
la universidad de esa misma ciudad y se especializó en economía. Para poder
ayudar a su familia, Samuel tuvo que trabajar, mientras estudiaba, en varios
empleos. Terminó sus estudios, realizó prácticas y las abandonó debido a su
alistamiento para combatir en la Segunda Guerra Mundial, donde llegó a ser
capitán. Una vez finalizada la guerra, Samuel quiso dedicarse a la venta al por
menor creando un negocio con los ahorros de su suegro y los suyos propios que
consiguió cuando era soldado.
Era un chico muy observador y creía que tenía la
clave para poder alcanzar el éxito con su negocio: “Comprar barato para
apilarlo y venderlo también barato”. Su tienda comenzó a crecer basada en
principios como el descuento, precios bajos y el autoservicio. Su máxima de
reducir costes se hacía posible gracias a que revolucionó el concepto del
proveedor creando una sociedad con su proveedor más grande, para así poder
alinear objetivos y compartir información, ya que producían en exclusiva.
Todos
aquellos proveedores que quisieran vender en la empresa de Samuel tenían que
adaptarse a su modelo de negocio e incorporar los sistemas de su empresa
produciendo en exclusiva para ella. Su modelo de negocio era conocido por todos
sus empleados porque él mismo se dedicaba a explicárselo cada vez que
contrataban a alguien. A Samuel le gustaba llamarles “Socios” debido a que
debían de sentirse inmersos en su modelo y considerarse parte de él. La empresa
de Samuel tuvo tanto éxito que 30 años después de su creación, contaba con
cerca de 2000 tiendas y más de 400000 empleados, las cuales proporcionaban unas
ventas de más de 50 mil millones de $, aunque debido a sus bajos márgenes por
bajos precios, sus ganancias eran de 2 mil millones de $; y su crecimiento no
ha parado. Samuel puede estar orgulloso ya que 50 años después de montar la
primera tienda, su empresa cuenta con más de 2 millones de trabajadores y más
de 10000 tiendas en casi 30 países.
A pesar de todo ello, actualmente la imagen
de la empresa de Samuel, que ya ha fallecido, está continuamente manchada por
las noticias de malas prácticas hacia sus trabajadores, como pagar salarios muy
bajos o hacerlo en vales de compra, discriminación de género y otras varias. El
problema es que ha habido muchos juicios y condenas por parte de tribunales a
favor de los trabajadores debido a que estas prácticas han sido probadas ante
la justicia. Además, algunos proveedores en algunas partes del mundo, con
reducidos derechos laborales se quejaron de que debían cometer excesos con su
personal debido a las exigencias en los pedidos de la empresa de Samuel. La
empresa y muchos colectivos afirman que unas demandas comparado con la cantidad
de trabajadores y volumen de negocio que tienen no son extrapolables a la
práctica general de la compañía. Aun así, Samuel probablemente no esté
excesivamente de acuerdo con lo que sus dueños, desde su fallecimiento, han
hecho para conseguir aumentar sus beneficios, ya que por muchos casos aislados
que pueda haber, de ser aislados, no tienen motivaciones para ello debido a que
sus remuneraciones no se ven alteradas por realizar estas malas prácticas. Esto
hace que la mayoría de los que conocen su situación, no estén tan convencidos
de que sean excepciones. FIN.
Espero que le haya gustado esta historia, aunque debo ser sincero con usted querido lector. La historia que acabo de contar no es ciencia ficción sino real, y a pesar del título del artículo y lo que acaba de leer, no estoy contando la historia de Mercadona. Esta historia habla de Wal-Mart, una multinacional estadounidense situada alrededor del continente americano cuyos pilares éticos y empresariales recuerdan a la empresa española. Les insto a buscar información acerca de ella y comprobar todo lo que les he contado ya que, salvo algún nombre propio, la veracidad de esta historia es más que comprobable. Por lo tanto, esta podría ser mi valoración de Mercadona, el fin no justifica los medios. Es cierto el éxito que la empresa ha tenido, la riqueza y el empleo que generan cada año, y que la satisfacción de los clientes a la hora de comprar sea abrumadora. El problema es que excesivo poder puede corromper hasta a los niveles de esta multinacional, y aunque Mercadona no es nada comparable con Wal-Mart, su facilidad para encontrar artimañas que aumenten sus beneficios respecto a sus costes es más que comprobable también por las demandas y juicios celebrados en relación a este hecho. Hay algo que quizá es diferente, y es el salario, ya que en la empresa española sí que es un salario decente en comparación al del resto del sector. Quizá por ello el número de demandas en relación a trabajadores sea menor y su impacto mediático no sea el mismo.
Para
acabar, sólo quiero recordar que Wal-Mart y Mercadona son empresas diferentes
pero mismo modelo (en un 90%). Aun así, la explotación laboral y abuso de poder
de las multinacionales en muchas partes del mundo son prácticas realizadas a
diario por muchísimas empresas y que se denuncien sólo son la prueba de su
existencia. No por no denunciar, desaparecen los niños que cosen camisetas en
Bangladesh.
Saludos y gracias. Daniel Díaz S.
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